Introducción
El
Cabezo Gordo es un lugar con un gran atractivo para las gentes del
Campo de Cartagena, que se han sentido atraídas por este cerro testigo
de nuestro pasado que se eleva en la llanura del Campo de Cartegena. Es
un Espacio Natural Protegido, además de ser de propiedad privada.
El hecho es que mucha gente de diversa
procedencia, por causas de trabajo o de ocio, ha visitado alguna vez
este monte. En el pasado, las visitas se realizaban por motivos
laborales en las duras tareas de la mina y en escasas ocasiones para
realizar la Romería de la Cruz.
En los tiempos actuales son escasos los
espacios donde respirar aire puro, descansar de los ruidos de la urbe u
observar la fauna y la flora autóctonas. Éste es uno de los principales
atractivos de los visitantes actuales del Cabezo Gordo.
Una vez superada la primera visita,
donde todo el Cabezo te envuelve en un agradable ambiente de
desconocimiento del terreno, similar al que experimentarían los
pobladores del pasado y que nos hace aumentar nuestro interés por el
conocimiento de los rincones y secretos de este lugar, comenzamos
nuestras labores de documentación de esta "isla del tesoro".
Fuentes de información: Guía
Didáctica del Cabezo Gordo (Cuaderno 5 del Centro de Recursos de
Educación Ambiental), realizada por Juan Carlos Blanco Cago.
Medio físico
Situación geográfica:
El Cabezo Gordo se sitúa en el término municipal de Torre Pacheco,
entre las pedanías de Balsicas, al Noroeste, San Cayetano, al Noreste y
Dolores de Pacheco, al Sureste. Si venimos desde el sector Sur del Campo
de Cartagena conviene llegar a San Javier para así dirigirnos hacia
Dolores de Pacheco y desde allí accederemos por caminos de servicio a
las proximidades del monte. Si nuestra procedencia es de Murcia,
vendremos por la autovía del Mar Menor, que dejaremos por la salida que
nos indica Dolores de Pacheco; no es necesario llegar a esta población,
pues el Cabezo Gordo queda a la derecha. También podemos tomar la salida
que nos lleva a Los Alcázares, y en este caso el Cabezo Gordo nos queda
a la izquierda.
Climatología del Campo de Cartagena:
El Campo de Cartagena se engloba en el clima de tipo "Subtropical
cálido", que se caracteriza por la ausencia de heladas. Las temperaturas
medias anuales oscilan entre los 15 ºC y los 18,5 ºC. Las
precipitaciones medias anuales no superan los 300 l/m2 al año
y se distribuyen desigualmente a lo largo del año, pudiendo caer casi
la mitad de éstas en un solo mes e incluso en escasas horas, fruto de la
conocida "gota fría".
Síntesis geológica:
El Cabezo Gordo se sitúa en el sector
norte del Campo de Cartagena, zona que se engloba dentro de las
Cordilleras Béticas y que se asienta sobre una cuenca de recepción
subdividida en otras menos profundas con orientación NW-SE y que se
rellenaron con sedimentos procedentes principalmente de las unidades
circundantes.
En el Campo de Cartagena encontramos
cinco acuíferos, siendo los dos más importantes el acuífero andaluciense
y el plioceno, este último de menor interés.
En la zona del Cabezo Gordo y sus
proximidades, donde se explotaba el acuífero andaluciense, se han
detectado claras manifestaciones de actividad geotérmica, donde se han
extraído aguas para riego con temperaturas que oscilaban en torno a 30 y
51 ºC; estas aguas son captadas normalmente por debajo de los 100
metros de profundidad.
La situación del Cabezo Gordo es la
causa de que aporte aguas de escorrentía de ladera al menos a tres
cuencas hidrográficas superficiales vertientes al Mar Menor; éstas son
la rambla del Cabezo Gordo (que desemboca en Los Alcázares), la rambla
de La Peraleja (que vierte aproximadamente a la altura del Aeropuerto) y
finalmente la rambla de La Maraña (que vierte en pleno centro urbano de
Los Alcázares). La actual transformación del suelo para usos agrícolas y
urbanísticos ha borrado los cauces de estas ramblas, pero sin duda
alguna las cabeceras de éstas y las cuencas de recepción primarias aún
permanecen allí.
Primeros pobladores
La
sima de Las Palomas, descubierta en 1991, está aportando importantes
datos sobre los primeros pobladores de nuestra región. Los estudios
realizados sobre los restos humanos hallados hasta la fecha arrojan unas
dataciones que oscilan entre los 125.000 y los 50.000 años a.C.
La importancia de este yacimiento radica en la existencia de restos de dos tipos distintos del género Homo: el Homo sapiens neanderthalensis y el Homo sapiens arcaico,
que habitó la sima antes de los hombres de Neandertal. La fauna
asociada es variada y hace pensar que la ocupación humana de la cueva
se produjo durante un amplio periodo de tiempo que podría superar los
300.000 años, aunque estos datos están aún por confirmar. Entre las
especies animales halladas destacan ciervos, caballos, linces, leones,
tortugas de tierra, etc.
El tipo de alimentación era variado, a
juzgar por el registro de fauna, aunque puede que se especializasen en
alguna presa abundante, como los ciervos y caballos salvajes. En épocas
de escasez de caza recolectaban pequeños animales, como tortugas o
caracoles, y frutos.
La
caza mayor correría a cargo de los más experimentados, que tras días de
búsqueda de las presas intentarían orientarlas hacia desfiladeros o
pasos en los que serían abatidas por otros cazadores que permanecerían a
la espera. Los útiles de caza se componían de lanzas de madera afiladas
y endurecidas a fuego o rematadas en el extremo por una punta de sílex
tallado atada con fibras vegetales o tripas de animales.
SOLANA Y UMBRÍA:
Una elevada superficie del Cabezo está caracterizada por sus
pronunciadas pendientes. Éstas aumentan por encima de la cota 100 y se
hacen máximas en las laderas que llegan hasta el vértice geodésico.
En las laderas de umbría,
debido a la espesa vegetación, sobre todo en las vaguadas, podemos
encontrar una variada fauna de pequeñas aves insectívoras como las
currucas o los mosquiteros. En las zonas con suficiente sustrato terroso
y húmedo habitan las culebrillas ciegas y los sapos corredores. En
esta zona encontramos el espino negro, el ombligo de Venus, la
cosentinia vellea, la orquídea, la coronilla, el muraje, el candilillo,
el barrón o esparto, el espárrago blanco, el pino carrasco y la
curruca cabecinagra.
En las laderas de solana
podemos ver sobre los pedregales al roquero solitario o la collalba
negra, ambos de color oscuro. Las laderas son lugares ideales para la
identificación de infinidad de plantas que al finalizar el invierno
florecen, alegrando el paisaje. Algunas de las especies de flora que
podemos observar son las siguientes: cornical, caralluma, cabello de
monte o cuscuta, aulaga pinchosa, arzolla, ruda y uña de gato.
Recomendaciones
-
Para realizar visitas al Cabezo Gordo habrá que solicitar en todo momento permiso a los propietarios, teniendo prioridad los grupos organizados y guiados por personal que conozca el terreno.
-
Conviene llevar botas para evitar torceduras y ropa poco llamativa para no asustar a las especies que queremos observar.
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Conviene llevar agua y gorra en los meses de primavera y verano.
-
Es aconsejable llevar prismáticos de entre 8 y 10 aumentos, así como un pequeño cuaderno y lápiz para dibujar o anotar cuanto nos interese.
-
No adentrarse en cavidades o pozos, pues además de ser peligroso alteramos la fauna que en ellas habita.
-
No tirar basuras.
-
No toques las plantas ni los animales, obsérvalos a distancia con la debida óptica (lupas o prismáticos).
-
Disfruta de un lugar único y con muchas cosas por descubrir y recuerda que en este monte vivieron nuestros antepasados hace más de 100.000 años.
LLANOS PEDREGOSOS:
Son espacios caracterizados por su escasa pendiente y por la abundancia
de materiales de arrastre de ladera (conos de deyección). En el pasado
carecían de transformaciones humanas, sobre todo porque estos lugares
apenas podían ser cultivados por su dureza. Últimamente se han
transformado grandes superficies de estos ambientes, bien removiendo el
terreno con grandes máquinas, bien rellenando con tierras de cultivo o
extrayendo materiales para la construcción de obras públicas. Esto ha
ocasionado la alteración del hábitat de infinidad de plantas difíciles
de encontrar en las laderas del monte o aves esteparias como el
alcaraván, que criaba y se alimentaba en estos llanos pedregosos.
En esta zona podemos encontrar las
siguientes especies de flora: pino piñonero, bolaga, perpetua, rosa de
la Virgen, estepa blanca, tomillo y gamón.
CULTIVOS:
Se incluyen en este apartado los ambientes generados por el hombre y
que dependen directamente del interés de éste: cultivos de hortalizas o
frutales, así como los propios embalses de riego. Estos últimos
elementos atraen especies ligadas al medio acuático como la culebra
viperina, la rana o algunas aves como las garcetas, éstas siempre
escasas y ocasionales. Éste es el hábitat de especies como la margarita
silvestre, el algarrobo, la amapola, el naranjo y la abubilla.
CUEVAS:
Las explotaciones en galería de mineral de hierro, aprovechadas con
mayor intensidad a principios del S. XX, en las que se seguían las vetas
de mineral hasta que se agotaba, han generado infinidad de cuevas,
galerías o simas artificiales; también se han ampliado o destapado otras
de origen natural, como es el caso de la sima de Las Palomas. En ellas
se supone una creciente pero abundante colonización de especies
cavernícolas como es el caso de los murciélagos. La cueva del lago, en
la cara sur, sirve como refugio estival a una importante colonia de
murciélagos de cueva y patudos que debemos respetar y conservar, pues
estos animales cada vez son más escasos por las transformaciones que el
hombre origina en su hábitat.
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